Por una vez, y sin que sirva de precedente, le voy a dedicar una entrada al curro ya que algunos me decís que parece q vine aqui a otra cosa. Os repito en mi favor, q hace ya más de un año que juré secreto profesional, y no puedo andar x ahi largando cual "radio-macuto, información al minuto". En cualquier caso, la ocasión lo merece y no desvelo nada que no se pueda saber, ni necesito dar nombres para contarlo. Empezaré por el principio...
Como sabéis, mi despacho de Oviedo tiene aqui desde hace ya casi dos años una oficina; los motivos por los que se tomó esta decisión, os los ahorro ya que pretendo q lleguéis despiertos al final de esta entrada. Inicialmente, se decidió una forma de implantación que pasara por asociarnos con un abogado/despacho local, ya que la legislación china en este aspecto es muy restrictiva, es decir, aqui no puede llegar un abogado extranjero y pretender montar un chiringuito de la noche a la mañana; por el contrario, hay q seguir toda una serie de trámites interminables para solicitar la licencia de despacho extranjero en China.
Hace cosa ya de un año -por motivos evidentes pero que no detallaré- se tomó la decisión de dar el siguiente paso y comenzar con los trámites de solicitud de la dichosa licencia. En ése momento, nos metimos en un camino largo y oscuro a la par que emocionante, lleno de formalismos, certificados, solicitudes, llamadas, comprobaciones, faxes, mails, legalizaciones, originales, copias, firmas, notarios, autenticaciones, ministerios, envíos urgentes, y burocracia de lo más variopinta ejercida por funcionarios orgullosos de serlo que, si en otros países nunca es fácil, aqui puede alcanzar unas cotas inimaginables. "Te falta ésto, te sobra aquéllo, quiero otra copia, esto no me vale, lo otro sí..."
La previsión era que este verano ya sabríamos algo al respecto y así la semana pasada, una llamada nos puso en guardia y nos avisó del envío de un fax del Ministerio de Justicia en Pekín, citándonos para este jueves día 30 de julio a las 2 de la tarde, para ir a recoger el papelito dichoso! Yo no me lo podía creer, así q no tuve más q acercarme al fax con miedo -como si me fuera a morder- para comprobar q allí estaba, obviamente en chino... Cogí a una de las chicas del despacho, y a la tercera traducción conseguí enterarme de lo que nos pedían y lo que teníamos que hacer.
Conferencia con Oviedo para confirmar la buena nueva y acto seguido, me puse las pilas para organizarlo todo: billetes de avión, poder, traducción del poder, sello del poder y la traducción, intérprete que me acompañara, pasaporte, dinero, expediente y alguna cosa q otra q al final no me valió de nada, pero que me negué a no llevar, como Dumbo sin su pluma a volar.
Como os podéis imaginar, la expectación era máxima y las expectativas también, y mi miedo a olvidarme algún papel y q me quedara cara de imbécil cuando me dijeran q como no traía el impreso "A1-J.IV" (por poner un ejemplo), no me la podían dar, me hicieron repasar la lista mentalmente y por escrito más de un millón de veces.
Total, q aterrizamos en Pekín a éso de las 10.30 de la mañana. Yo ya me había hecho a la idea de que aquéllo iba a ser el no va más, con redoble de tambores incluido... nada más lejos de la realidad! Hombre, yo no digo q viniera el mismísimo Hu Jin Tao a entregarme personalmente la licencia, ni siquiera el Ministro de Justicia, pero joer, de ahí a lo q me encontré...
A las 13.30 estábamos a la puerta del Ministerio, exactamente en la garita de fuera -q podían haberla acado de un hutong cualquiera, sucia y desordenada- para rellenar el papelito correspondiente y q nos dejaran entrar. Un par de occidentales entrajetaos y con la sonrisilla de lado me sugirieron que alguno más estaba de enhorabuena aquél día.
Salimos de la garita, le entregamos el papelillo al policía y entramos en el Ministerio. No os voy a engañar, el Palacio de Justicia q hay en el Centro Cívico detrás de mi casa, tiene más glamour q aquéllo: un edificio decadente, medio a oscuras, vacío y ligeramente siniestro nos dio la bienvenida. Nos dirigimos al ascensor, y al entrar nos encontramos con una moqueta granate y dorada que intentaba estar limpia y ponía "Thursday", aludiendo seguramente q vale, mierda tenía, pero al menos la cambiaban todos los días. Al salir del ascensor, nos encontramos de bruces con una mesa de ping-pong ("lo q les faltaba a los funcionarios en España, una mesa de futbolín en los pasillos!", pensé yo).
Una chica en una esquina nos preguntó (supongo) si veníamos a por la licencia, y nos indicó el pasillo por el que dirigirnos, más oscuro aún que la estancia anterior y por el q nos encaminamos no sin cierto recelo por mi parte. Entramos en una sala q pretendía ser una biblioteca, de techos bajos y ligeramente destartalada, y allí, en una mesa ovalada llena de cercos de vasos, estaban las 5 licencias ya enmarcadas (3 despachos de USA, uno de UK, y el nuestro) y otra especie de librillo encima q aún no me he enterado qué es. Isabel, mi intérprete, comprobó que todo estuviera bien escrito, entregamos los poderes, el dinero, firmamos un papel en el que hacíamos constar que la habíamos recogido y con las mismas, salimos x donde habíamos venido... tanta expectación, para dos mierables minutos de puro trámite!!
Una vez fuera, no pude resistirme a hacer la chinada de sacarnos una foto a la puerta del Ministerio con la licencia en cuestión, y acto seguido, nos cogimos un taxi dirección Tiannamén para hacer lo propio. Como podéis comprobar, mi cabeza en la foto de la plaza tapa el retrato inmenso de Mao que hay colgando en el muro exterior de la Ciudad Prohibida; cuando le dije a Isa si no quería sacarse una foto ella con lo que teníamos detrás, me dijo q no; "¿xq?", le pregunté yo inocentemente, pensando q no era más q la chorrada de turno del día; y frunciendo ligeramente en ceño salió de su garganta un profundo "xq le odio", q me dejó en el sitio y generó un silencio incómodo que no supe romper de ora manera que proponiendo ir a coger un taxi...
1 comentario:
Te veo muy orgullosa de la licencia, asi que .... ENHORABUENA!! ;)
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