lunes, 23 de junio de 2008

SHANGHAI TOUR

Esto de recibir visitas cuando uno está fuera, siempre está bien; pero si además la visita, entre otras funciones, puede hacer de guía, traductor, intérprete y se le da bien regatear, entonces no hay un minuto q perder!
Y así fue, este finde, coincidiendo con un viaje de mi otra parte contratante por el trabajo, aproveché las circunstancias para patear x Shanghai, intentar orientarme con una referencia de fiar, comprar en puestos callejeros, regatear en el mercadillo y sobre todo disfrutar de su presencia, todo hay q decirlo.
El sábado por la mañana nos dedicamos a hacer las visitas de rigor. Empezamos subiendo a la Torre Jin Mao, el edificio más alto de China; por el módico precio de 7 euracos, subes al piso 88 en un ascensor q va a 9 m/seg. Al llegar arriba, hay un mirador donde, si la niebla/contaminación te deja, puedes ver hasta donde alcance tu vista, con la Torre de la Perla en primer plano incluida. Dentro, los últimos 20 pisos pertenecen al Hotel Hyatt –si no recuerdo mal-, y en el centro te puedes asomar a una cristalera y, si no te tiemblan las piernas y empiezas a sudar, te asomas y puedes ver hasta la recepción, con piano de cola incluido…

De ahí, paseo por la orilla del río Huang Pu, con vistas al Bund, y nos cogimos un tren que va por debajo hasta la otra orilla; trenecillo muy chinorris, por otra parte, lleno de luces de colores y ruido (bueno, ellos creo q lo llaman música). El tren te deja justo a la altura del Consulado de España, y ya enfilamos hacia dentro por la calle Nanking; una hora más tarde yo creo q seguíamos caminando aún por la misma calle, pasando por la Plaza del Pueblo, y Parque del Pueblo, llenos hasta la bandera de gente por todas partes, neones, chinucos q se te acercan ofreciéndote relojes, bolsos, camisetas y cualquier cosa susceptible de ser falsificada. Si aceptas te llevarán a un callejón donde, en la parte trasera de una tienda de comestibles o similar tienen escondido el botín.
A la altura del nº 580 de ésa misma calle, está el famoso Mercado de Nanking, una de las mecas de todo turista q se precie q quiera volver a España presumiendo de las gangas tan tremendas q compró en China a cuatro duros. Allí que nos fuimos, ya que ése mismo turista, q tmb puede caer x aquí de viaje de negocios, suele venir con una lista mayor q la Carta a los Reyes, de encargos de amigos, familiares, conocidos y algún espabilao q otro q no quiere ser menos.
Ya a media tarde estaba el tema liquidado, así q el resto del día nos dedicamos a darnos un homenaje, q de eso en Shanghai tmb hay bastt: decidí antes de q viniera hacer algo así como una “tarde temática”, y esta vez el país elegido fue Japón!
Dos días antes, había reservado en un sitio q me recomendaron dos masajes Shiatsu; de la q íbamos de camino reconozco q iba pensando la poca gracia q me hacía (o más bien la vergüenza q me daba), después de todo el día caminando con este calor y humedad, q nadie me tuviera q poner las manos encima, más q nada por una cuestión de respecto al masajista de turno, pero la cosa tuvo fácil solución ya q en este tipo de masajes (al menos donde yo fui), no te quitas la ropa, sino que te ponen una sábana por encima para dártelo. El masaje en sí consiste en ir ejerciendo presión con los nudillos (o eso creo xq estaba de espaldas) en diferentes puntos del cuerpo y oye, la verdad es q te quedas nuevo. Eso sí, si tienes algún dolor previo (véase contractura o similar), puede ser algo doloroso, pero como no era el caso, allí me habría quedado hasta la noche!
En estos casos, cuando encuentran algún punto x ahí q te tocan y te duele, yo siempre pienso: “venga Carmen! Él sabrá lo q se hace, no vas a aguantar?” y respiro hondo, cuento hasta 10, y normalmente no tengo q protestar. Eso sí, q alguien me de un remedio contra las cosquillas, xq pasan x la cintura como si una fuera de piedra, oye!
De ahí, cena en Shintori, un restaurante japonés de caer p’atrás! El sitio es impresionante, es como una nave industrial reformada, y la comida (incluido el Mouse de chocolate de postre) no tiene desperdicio. Hay q decir q además, los restaurantes japoneses son una de las pocas formas seguras que hay en esta ciudad de comer pescado…
El tema bares aquí es inabarcable; yo aún conozco muy pocos, pero esta vez nos fuimos a uno a la orilla del río, con vistas a la Torre de la Perla. Ambiente de extranjeros (o expatriados, como los llaman aquí), y tmb chinucos, pero todos en armonía, es decir, nada de occidentales mayores pillándose a chinas q aparentan sus hijas, y las chinas no iban … de caza.


Al día siguiente fui al Mercado de las Telas de Lujiabang a recoger un traje de lino negro q me había encargado la semana pasada (sí, qué pasa? tan pijo como suena), hecho a medida, por el módico precio de 22 eurillos. De la q me iba, encargué una camisa xa la semana q viene, x aquello de no perder las buenas costumbres.
Después, por fin conseguimos encontrar una “librería internacional” (es decir, con 4 libros en inglés) y POR FIN pude comprarme una guía de Shanghai y, lo q es más importante, UN PLANO CON LOS NOMBRES DE LAS CALLES EN INGLÉS!
Seguimos la ruta en dirección al Mercado de Antigüedades de Dong Tai Lu, y eso ya fue el acabóse… a los amantes de la plata les digo q ya están tardando en venir, xq pienso arrasar la próxima vez q vaya! Son básicamente 2 calles perpendiculares, donde os podeis encontrar todo tipo de artilugios, telas, objetos de decoración, muebles, carteles antiguos, y un sin fin de cosas q no podría enumerar.
“Gracias” a la lluvia nos tuvimos q ir, no sin antes dar x casualidad con el Mercado de mascotas… si las fotos os llegaran con olor! La verdad es q yo esperaba encontrarme todo tipo de alimañas salvajes dignas del mejor documental del Nacional Geographic, pero reconozco q en cuestión de mascotas, son bastt prudentes (vale, quizás xq como se lo comen todo, no les quedan muchas opciones para tener correteando por casa). Lo más curioso q vi, durante el tiempo q el olor me permitió andar husmeando x allí, fueron grillos; no, xo no ése animalillo verde tan gracioso q todos cazábamos de pequeños, éstos tienen el tamaño de mi dedo pulgar, y de apariencia bastt más desagradable, de hecho en algún sitio leí q los compraban xa hacer después peleas de grillos, aunq tengo q decir q yo allí no presencié ninguna.
Pues más o menos éstas son las últimas novedades por aquí, por hoy me despido hasta la siguiente actualización!
Un beso!



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú debiste de cazar pocos grillos, porque son negros... ¿O igual al que te vendían era a Pepito Grillo?

Carmen, QK, Carmencita, Carmela, Soli, Mela, "a menina"... depende! dijo...

Ay, pues sí!me confundí con los saltamontes... da igual, estos tienen pinta de escarabajo pelotero y son grandes y gordos.