BREVE RELATO

"EL ENIGMA CHINO. Treinta años de observador", de Marcelo Muñoz, es el libro q tengo ahora entre manos; se lo recomiendo a aquéllos q quieran acercarse un poco a todo lo q este país puede dar de sí a través de una lectura ligera, no precisamente por lo bien escrito q está, sino por los contenidos tan curiosos e interesantes que tiene. Es la experiencia acumulada por el autor desde finales de los años '70, cuando vino y estableció la primera empresa española en China... casi ná!
Por ejemplo, ¿sabíais q la Pasionaria había estado por aqui a finales de los años '50?
Así q hoy me voy a permitir copiar un fragmento del libro, con el q bien podría haberles cerrado la boca a alguno hace unos días, pero que además, compensa mi pequeño chasco visitando la Ciudad Prohibida.
Pónganse cómodos:

"LA INAUGURACIÓN DE LA CIUDAD PROHIBIDA.
La Ciudad Prohibida Púrpura e sitúa en el centro de la capital, en el mismo eje de la Estrella Polar, morada del Hijo del Cielo y Centro del Cosmos.
A lo largo de 1420 van llegando los invitados de honos de todo el mundo, de Malaca, Java, Sumatra, Vietnam, Camboya, Calicut, Sri Lanka, Arabia, Siam, Yurquestán, Manchuria, Tibet, Japón, Corea, varios principados indios, Persia, Ceilán... cada uno con sus preciosos regalos: Corea con un nutrido grupo de jóvenes vírgenes para el harén imperial, Malaca con un cargamento de especias, Arabia con un lote de camellos enjaezados con piedras preciosas... Todos pasan ante el Trono Imperial para rendir pleitesía y vasallaje: una profunda inclinación hasta tocar el suelo con la frente.
El emperador Yong Le ha decretado que la inauguración sea en la fieta del Año Nuevo y se celebre como ninguna otra hasta entonces en la historia del imperio.
En la noche del 1 de febrero de 1421, Beijing estalla en un estruendo de cohetes. Es la víspera del Año Nuevo, según el calendario lunar, y víspera de la inauguración de la mayor ciudad y el palacio más grande del mundo. La muralla que rodea la residencia imperial está ya iluminada con decenas de miles de antorchas.
El día de Año Nuevo, un gran movimiento de tropas anuncia el comienzo de la ceremonia: cien mil hombres custodian, en formación, los alrededores del palacio. Los diez mil miembros de la Guardia Imperial, con su uniforme de gala en brocado de seda, y amplia capa roja de crepe de seda, se despliegan, de ocho en fondo, desde el extremo sur del Palacio, abriendo paso a los invitados.
Son más de 26.000 llegados desde todos los confines del mundo y del imperio, defilando lentamente. Los embajadores de 28 Estados y 40 territorios, cada uno con su gran cortejo... Y unos cinco mil cortesanos, virreyes y gobernadores... Una ingente muchedumbre asiste desde la ciudad exterior: es la población del lugar, en su mayor parte constructores del nuevo Beijing. Son sus artífices y quieren participar del espectáculo, que va a durar dos meses. Ese mismo año, Enrique V de Inglaterra había celebrado su fastuosa boda con 600 invitados.

15 AÑOS DE PREPARATIVOS:
La construcción ha requerido reparar y ampliar el Gran Canal para el transporte de diversos materiales y para el avituallamiento regular de la nueva població y de las cien mil personas, que compponen la comitiva de invitados y que prmanecen como tales allí durante dos años.
Ha habido que talar miles de hectáreas de bosques en el sur: hasta tres millones de metros cúbicos de madera se han empleado en palacios y barcos. ¡Gracias a que el primer emperador Ming había mandado plantar, hace 50 años, mil millones de árboles!.
Quince años también de trabajo diplomático. Una flota de 100 naves, con capacidad para 30.000 personas, entre tripulación y servicio, ha recorrido todos los países vasallos y vecinos, primero para cursar invitaciones y ofrecer regalos generosos... después para recoger y trasladar a los invitados. Naves dotadas de todos los lujos y comodidades: camarotes para cada embajador y sus ayudantes, con vistas al mar; camarotes adyacentes para las concubinas.
Estamos en 1421, cuando Enrique V de Inglaterra intenta invadir ffrancia con ¡4 naves y 400 hombres! Y del Puerto de Barcelona, cuidad de 20.000 habitantes, salieron en todo el año ¡7 pequeños navíos comerciales!.

POSTRADOS ANTE EL TRONO IMPERIAL:
A las 11.00, el cortejo se alinea en el Gran Patio y suenan los tambores que anuncian la llegada del Emperador. Sobre la gran tarima, en el centro del Pabellóon de la Suprema Armonía (yo estuve ahí!), brilla el trono imperial, en oro y púrpura, sobre seis pilares de dragones. Y suena el segundo redoble de tambores. UN total de 3.000 guardias de la escolta imperial se despliegan en semicírculo.
Al tercer redoble, entre intensas nubes de incienso, aparece la figura del emperador, túnica y capa de seda amarilla, bordadas en oro (no me digáis q no tenéis los pelos de punta!).
"¡Diez mil años de vida al Emperador!". Ese es el grito, tan fuerte, que se oirá desde fuera de la Ciudad Prohibida, para que la muchedumbre, expectante en la distancia, lo repita hasta diez veces. Mientras, oficiales e invitados se postran hasta el suelo.
Empieza así la ceremonia de inauguración, que continúa con breves discursos, hasta empezar el banquete a las 12.00.

LOS FESTEJOS Y LA PRIMERA VISITA GUIADA A LA CIUDAD PROHIBIDA:
Los banquetes, espectáculos, fiestas nocturnas... con músicos, danzantes y concubinas se prolongarán durante 30 días.
El Jefe de Protocolo, el eunuco Haji Maulana, distribuye funciones entre los suyos, para que cada uno de los embanadores tenga una atención esmerada y personal. Él mismo, en aquellos días, guía a los ilustres invitados por la Ciudad Prohibida, con explicaciones turísticas: los palacios forman el conjunto mayor del mundo de edificios de madera, con 9000 habitaciones, en una extensión de 80 hectáreas; están protegidos por un muro de 8 metros de alto, un foso de 50 de ancho y un perímetro de 9kms.; se han empleado 12 millones de ladrillos de 24 kgs. cada uno; los dos bloques de mármol, con dragones tallados en relieve que adornan las escaleras de acceso al pabellón de la Perpetua Armonía, pesan 250 toneladas. Su traslado fue realizado por 20.000 obreros en invierno, deslizando los bloques por el hielo durante 28 días.
El Jefe Maulana continúa, deteniéndose en el Pabellón de las Letras: "Por orden del Emperador, durante 20 aós más de dos mil eruditos han recopilado todo el saber conocido hasta ahora: estos 4.000 volúmenes son el fruto de ese trabajo. En este otro lado, la colección completa de Obras Filosóficas de la dinastía Son, de los siglos XI a XIII".
Los dignatarios van pasando a admirar las dos mayores colecciones de libros impresos nunca vistas... Cuando en Europa no se conocía la imprenta, cuando la biblioteca de Enrique V de Inglaterra, ése mismo año, constaba de seis volúmenes manuscritos.
Visitan también los otros diez pabellones exteriores, el Altar de los Antepasados, los de la Administración Central del imperio. Más allá, los pabellones de la Pureza Celestial, de la Unión y de la Paz, flanqueados por otros doce palacios: la ciudad estrictamente reservada para residencia del emperador y su familia, las concubinas y los despachos de Gobierno diario. Y continúan dando un gran rodeo por la Puerta Oeste, con sus enormes jardines y lagos."