Para los que vivimos cerca de la costa, no hay verano sin playa. La piscina es un mal menor que desde luego a ésta temperatura insufrible se agradece, pero para mi no deja de ser un premio de consolación... por desgracia en Shanghai, a pesar de estar en la costa, no tenemos una playa digna, limpia y accesible en la que ponernos a remojo, así que a pesar de que llevamos con el termómetro por encima de los 30 grados unas semanas, yo no puedo evitar sentir q no es verano hasta que vuelvo a notar el salitre en los labios, la arena en los pies y la brisilla en la espalda a la hora de la siesta y a oler la crema aftersun después de la ducha.
Semejante situación no podía durar mucho así que nos juntamos unos cuantos y nos pusimos a buscar vuelos como si se fuera a acabar el mundo hasta que por fin dimos con una combinación asequible que nos llevó nada menos q el finde de mi santo hasta Hainan, provincia/isla al sur de China ya en frente de Vietnam. Yo ya había estado hace 3 años pero esta vez, conseguimos alquilar una casa con piscina para los 8 que fuimos en segunda línea de playa, de la que casi nos tienen que sacar arañando el suelo para ir al aeropuerto el domingo de vuelta a Shanghai.
Del fin de semana, poco que contar: por el día a la playa, untados de crema de protección hasta los dientes xq el sol casca como en ningún otro sitio en el q he estado antes; y aún así, y huyendo del sol cual vampiros a la sombra de la sombrilla, algunos conseguimos quemarnos... yo tengo la teoría de que los socorristas no saben nadar xq en cuanto nos subía el agua por encima de la cintura se ponían como locos con el silbato como si viniera un tiburón hacia nosotros, gritando y gesticulando (éso sí, sin llegar a mojarse los pies), para que saliéramos hacia la orilla inmediatamente. Luego estaban las boyas, donde teníamos q bañarnos todos como ovejas en un rebaño, pero son tan listos que cuando bajaba la marea no las movían así que a éso de las 5 de la tarde el resultado era q te tenías q bañar con el agua por la rodilla... así que era el momento de coger las cosas y ponernos a remojo en el agua dulce de la piscina hasta la hora de irnos a dormir.
Como por arte de magia, ya que todo el equipamiento de la cocina era una nevera con cubitera, copas de vino y un fregadero, un amigo improvisó una cena a base de estofado y ensalada; no me preguntéis cómo pero descubrimos que el cacharro que tienen aqui para cocer el arroz, puede ser multiusos!
Ya de vuelta en Shanghai, el resto de fines de semana y durante el día, son una peregrinación de piscina en piscina en un intento de no evaporarnos, mientras que por la noche cualquier excusa es buena para reunirse... os dejo las fotos del último cumple de un amiguete, con temática "Shanghai años 20", aunque como veréis alguno no se lo tomó al pie de la letra:
P.D.: Sí, lo de la izquierda es un tío!!
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