Cuando aún tenía el buen sabor de boca de la visita de Edu el finde anterior, casi sin darme cuenta me encontré de nuevo camino del aeropuerto para recoger a mis siguientes invitados. Esta vez se trataba de Anina y Jaime, su novio. A ella ya os la presenté hace unos meses como futuro nobel de física, a raíz de una foto suya en un periódico alemán; a la correspondiente entrada me remito. Podría añadir ahora q entre otras muchas cosas es tmb una de mis mejoríssísimas amigas, pero no puedo evitar q me suene hasta simple y vulgar así que no tengo mejor manera de referirme a ella como q es "Ana", ¿qué más se puede decir?!
El camino al nobel tiene q pasar seguro por asistir a conferencias y ella no va a ser menos, así que como el Pisuerga pasa por Valladolid y ella estaba en un Congreso en Japón (al q fue personalmente invitada por los japos, para más señas), cogieron un avión el viernes pasado y saltaron a Shanghai el finde para hacerme una visitilla.
Esta vez, como buena anfitriona de gente q no había caído nunca por esta parte del mundo, me esmeré en hacerles un top-10 ajustado a sus preferencias. Y así, como ella misma dijo, "viajamos al pasado, estuvimos en el presente y 'regresamos al futuro' en Shanghai".
Al pasado viajamos en bicicleta, a lomos de mi burra y de otra bici de pedales q me prestó una amiga, visitando un par de templos, los jardines de Yuyuan, correteando por los hutones, hurgando por los puestos de un mercadillo de antigüedades, o viendo el Bund desde la otra orilla, imaginándonos cómo sería cuando aún atracaban los barcos de mercancías, con su impresionante edificio de aduanas, y los de pasajeros que llegaban de ultramar xa desembarcar en este remoto, húmedo y bullicioso puerto de oriente; también dando un paseo a pie por la Concesión Francesa, con sus calles más estrechas y con menos tráfico, árboles en las aceras, panaderías y casas coloniales rodeadas de jardincillos, reconvertidas en viviendas, embajadas, restaurantes y pubs.
Vivimos el presente enfrentándonos al tráfico en cada cruce y a los taxistas, paseando por Nanjing, parada técnica en el mercadillo del fake, compra de pelis en el Oscar's, comiendo comida chinorris y obligado copazo en un par de las terrazas con unas de las vistas más impresionantes de Shanghai, previo baño obligatorio en mi pisci para recargar las pilas.
Y finalmente, 'regresamos al futuro' encaramándonos al rascacielos más alto del mundo; rectifico, el más alto está en Taipei, pero es en el de Shanghai donde te puedes subir a lo más alto. Para muestra, un botón: un par de fotos q acompañan a esta entrada es la vista desde arriba, ya que el suelo donde pisas tiene una pasarela de cristal desde la q puedes ver el suelo!!
La guinda final (a parte del masaje, q es secreto de sumario), la puso el MAGLEV, tren de levitación magnética q te lleva al aeropuerto a 420 km/h, o como puntualizó Anina, "sobrepasando la barrera del sonido!"; para más señas, el más rápido del mundo.
Como siempre que uno está lejos de casa, la visita se hace increíblemente corta, pero a la vez parece imposible q se pueda llegar a saborear tantísimo en tan poco tiempo; teniendo en cuenta además, que podríamos contar fácilmente los días que nos hemos visto en los últimos 4 años, ésto me pareció poco más q un milagro, y varias veces me encontré mirándola sorprendida, sin acabar de creerme q estuviera aqui!
Aqui os dejo, rumiando todavía las historietas que nos dieron para contar este finde...
El camino al nobel tiene q pasar seguro por asistir a conferencias y ella no va a ser menos, así que como el Pisuerga pasa por Valladolid y ella estaba en un Congreso en Japón (al q fue personalmente invitada por los japos, para más señas), cogieron un avión el viernes pasado y saltaron a Shanghai el finde para hacerme una visitilla.
Esta vez, como buena anfitriona de gente q no había caído nunca por esta parte del mundo, me esmeré en hacerles un top-10 ajustado a sus preferencias. Y así, como ella misma dijo, "viajamos al pasado, estuvimos en el presente y 'regresamos al futuro' en Shanghai".
Al pasado viajamos en bicicleta, a lomos de mi burra y de otra bici de pedales q me prestó una amiga, visitando un par de templos, los jardines de Yuyuan, correteando por los hutones, hurgando por los puestos de un mercadillo de antigüedades, o viendo el Bund desde la otra orilla, imaginándonos cómo sería cuando aún atracaban los barcos de mercancías, con su impresionante edificio de aduanas, y los de pasajeros que llegaban de ultramar xa desembarcar en este remoto, húmedo y bullicioso puerto de oriente; también dando un paseo a pie por la Concesión Francesa, con sus calles más estrechas y con menos tráfico, árboles en las aceras, panaderías y casas coloniales rodeadas de jardincillos, reconvertidas en viviendas, embajadas, restaurantes y pubs.
Vivimos el presente enfrentándonos al tráfico en cada cruce y a los taxistas, paseando por Nanjing, parada técnica en el mercadillo del fake, compra de pelis en el Oscar's, comiendo comida chinorris y obligado copazo en un par de las terrazas con unas de las vistas más impresionantes de Shanghai, previo baño obligatorio en mi pisci para recargar las pilas.
Y finalmente, 'regresamos al futuro' encaramándonos al rascacielos más alto del mundo; rectifico, el más alto está en Taipei, pero es en el de Shanghai donde te puedes subir a lo más alto. Para muestra, un botón: un par de fotos q acompañan a esta entrada es la vista desde arriba, ya que el suelo donde pisas tiene una pasarela de cristal desde la q puedes ver el suelo!!
La guinda final (a parte del masaje, q es secreto de sumario), la puso el MAGLEV, tren de levitación magnética q te lleva al aeropuerto a 420 km/h, o como puntualizó Anina, "sobrepasando la barrera del sonido!"; para más señas, el más rápido del mundo.
Como siempre que uno está lejos de casa, la visita se hace increíblemente corta, pero a la vez parece imposible q se pueda llegar a saborear tantísimo en tan poco tiempo; teniendo en cuenta además, que podríamos contar fácilmente los días que nos hemos visto en los últimos 4 años, ésto me pareció poco más q un milagro, y varias veces me encontré mirándola sorprendida, sin acabar de creerme q estuviera aqui!
Aqui os dejo, rumiando todavía las historietas que nos dieron para contar este finde...
1 comentario:
Gracias Carmen. Como dice Jaime, Carmen un 10.Lo pasamo canion! Rectifico, una onda sonora se propaga en el aire a 340 m/s, i.e., 1200 km/h. Todavia le queda al Maglev un rato. Schade!
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